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Actualizado a: 11 de octubre de 2023
Suck up es un phrasal verb que se puede traducir del inglés de diversas formas, como puede ser lamer, chupar, absorber, etc., pero también se puede usar como sinónimo de adular, hacer la pelota, «lamer el culo», etc. Con esta expresión lo que he querido expresar es precisamente eso, cómo poner a punto un disco duro, realizar un mantenimiento adecuado y hacer que su vida útil dure más y, por tanto, prevenir la pérdida de datos temprana.
Estos consejos te servirán tanto si tienes unidades SSD, como si tienes un HDD, o SSHD, e incluso para discos duros externos.
Pues bien, vamos a nuestro sucking up del disco duro, y hacerle un poco la pelota para tenerlo feliz y funcional durante una vida más larga y prevenir problemas y gastos innecesarios…
Consejos válidos para cualquier tipo de unidad de almacenamiento
Existen algunos consejos que son aplicables a todo tipo de unidades de almacenamiento, ya sean SSD o HDD. Por ejemplo, cabe destacar:
- Actualiza el firmware: tanto las unidades SSD como las unidades HDD tienen firmware que se usa para el control de la unidad, y que están estrechamente relacionados con los drivers. Este firmware se actualiza desde el sistema de actualización del sistema operativo, o instalando directamente los parches descargados de la web oficial del fabricante de la unidad (nunca hacerlo desde sitios de terceros). Debes saber que estos parches pueden traer actualizaciones de rendimiento, de optimización de energía, pero también para corregir problemas con la fiabilidad o la corrupción de datos por algún error, como ha ocurrido en algunas marcas conocidas. Por tanto, es muy importante mantenerlo siempre en su última versión.
- Monitoreo S.M.A.R.T.: son las siglas de Self-Monitoring, Analysis, and Reporting Technology» (Tecnología de Auto-Monitoreo, Análisis y Reporte), es un sistema de monitoreo integrado en los discos duros y unidades de estado sólido (SSD) que proporciona información importante sobre el estado y el rendimiento del dispositivo de almacenamiento. Puedes obtener detalles mediante herramientas como GSmartControl, CrystalDiskInfo, etc. Esta tecnología permite a los usuarios y a los sistemas operativos supervisar y evaluar diversos aspectos críticos, como la temperatura, el conteo de sectores defectuosos, la tasa de errores de lectura/escritura y otros parámetros clave. El propósito principal de S.M.A.R.T. es detectar posibles problemas o fallas en el disco duro antes de que ocurran, lo que brinda la oportunidad de tomar medidas preventivas, como hacer copias de seguridad de datos o reemplazar el disco defectuoso, con el fin de evitar la pérdida de información o el fallo del dispositivo.
- Usa un UPS/SAI: una de las peores cosas que le pueden ocurrir a un dispositivo de almacenamiento es que se corte el suministro de electricidad de forma repentina, ya que si está en un proceso de escritura, los datos se corromperán con seguridad, e incluso podría llegar a haber otros problemas más graves. Por esto, disponer de un sistema SAI o de alimentación ininterrumpida con una batería que permita seguir trabajando incluso si hay un corte de luz, puede marcar la diferencia. Además, estos sistemas también suelen traer tecnologías de protección contra picos eléctricos, etc., lo cual también hará que tu hardware en general goce de una mejor salud.
- Mantén una buena refrigeración: mantener una buena refrigeración del sistema, ya sea un portátil, un sobremesa o una unidad extrena, entre otros, es fundamental para la salud del disco duro. Por esto, deberías pensar en usar ventiladores adicionales, realizar un buen mantenimiento de los ventiladores, disipadores y rejillas de ventilación, etc. Mantener una unidad de almacenamiento a una temperatura más baja durante su uso puede generar menos estrés y desgaste en la misma, durando más tiempo. Incluso, si es verano o la temperatura de la sala es elevada, deberías plantearte usar un climatizador o aire acondicionado para reducir la temperatura de la sala a unos 20-25ºC aproximadamente.
- Usa un buen FS: emplear un buen sistema de archivos también puede marcar la diferencia. Algunos están optimizados para SSDs también, y evitan bastante bien la fragmentación. Esto puede ayudar a localizar los archivos de forma más directa y someter a tu unidad a una carga de trabajo menos intensa, lo que se puede traducir también en una vida más larga. Por ejemplo, aunque NTFS de Microsoft ha mejorado mucho, aún no sigue siendo el mejor en esto, pero mucho menos los FATs anteriores, ni tampoco HFS de Apple. En cambio, sistemas como XFS, ZFS, Raiser4, ext4, etc., suelen ser bastante buenos en este sentido. En éstos últimos puede haber fragmentación, pero muy inferior, evitando que se tenga que desfragmentar la unidad de forma frecuente.
- Evita el switching: otra cosa importante a evitar es el switching, es decir, encender y apagar mucho tu dispositivo. Estas acciones pueden ser perjudiciales para el hardware en general. Si vas a usar el equipo después de un tiempo breve, evita apagar, mejor déjalo encendido con algún modo de ahorro energético. Apagar y encender puede causar desgaste si se hace de forma muy regular. ¿Dónde marcamos la línea? Como regla general, si te ausentas por más de un día, apágalo. Si te ausentas unas horas, considera poner el ordenador en modo de espera o hibernación. Si es menos que eso, puedes dejar el ordenador encendido o ponerla en modo de suspensión.
- Cuidado con los golpes: las unidades HDD, ya sean internas o externas, son bastante susceptibles a golpes o caídas, especialmente cuando están en funcionamiento, ya que el cabezal impacta con el disco y puede romperse, dejando la unidad inservible. Como sabrás, las unidades más pequeñas toleran más fuerzas G de impacto que las grandes, por lo que una de 2.5″ es más resistente que una de 3.5″. Además, las unidades SSD son aún más resistentes a impactos que los HDD, al no tener partes móviles y ser una memoria de estado sólido. Sin embargo, evitar vibraciones, golpes o caídas es beneficioso para cualquier equipo. Así que, trata de prevenir estos incidentes y protege bien tu equipo si vas a viajar con él.
- Humedad relativa (HR): cuando la humedad relativa es alta y la temperatura del disco duro es significativamente más baja que la del entorno, puede ocurrir condensación. Esto significa que la humedad en el aire se acumula en las superficies frías. La condensación puede causar cortocircuitos y daños en los componentes electrónicos, lo que podría llevar a la pérdida de datos. La humedad puede causar corrosión en los componentes metálicos del disco duro, incluyendo los contactos eléctricos. La corrosión puede debilitar las conexiones y afectar el rendimiento del disco duro con el tiempo. Los discos duros almacenan datos en un medio magnético. La humedad excesiva puede afectar negativamente a este medio, lo que podría llevar a errores de lectura/escritura y pérdida de datos. Para evitar esto, es fundamental mantener la HR ambiental entre parámetros del 40-60%. Si vives en una zona muy seca, puedes adquirir un humidifcador de aire, y si vives en una zona muy húmeda, entonces la solución es la contraria, un deshumidificador.
Como sabrás, las unidades HDD permiten la recuperación de datos en gran cantidad de casos, como en los que se deben por averías de la PCB, incendios, etc. Para ello, es necesario llevar la unidad a un centro de recuperación especializado, con las herramientas adecuadas y salas blancas o salas limpias donde se seguro abrir la unidad. Por tanto, jamás trates de abrir tú una unidad HDD o podría quedar completamente inservible…
- Política de reemplazo: los discos duros tienen una vida útil limitada. Si tu disco duro tiene varios años y ha acumulado una gran cantidad de horas de funcionamiento, considera reemplazarlo por uno nuevo para evitar fallos inesperados. Además, si se trata de una unidad SSD, podrías hacer cálculos de los ciclos de escrituras a los que se somete a lo largo del tiempo de uso y prevenir que se agote su vida útil antes de sustituir la unidad. Como he comentado antes, para esto, la tecnología S.M.A.R.T. te puede ayudar enormemente.
Mantenimiento de unidades SSD
En el caso particular de las unidades SSD, ya sean internas o externas, también deberías aplicar estos otros consejos adicionales:
- Habilitar TRIM: como sabes, desde la aparición de los SSD se ha hablado mucho del TRIM, que permite al sistema operativo informar a una unidad de los bloques que ya no están en uso y pueden ser eliminados. Gracias a ello, se puede optimizar la escritura en estas unidades, y evitar que algunas direcciones o zonas de memoria reciban una sobrecarga de escrituras innecesarias. En Windows, macOS y Linux, generalmente se detectan los SSD cuando se instalan y TRIM está habilitado para todas las unidades. Apple, por otro lado, no admite TRIM en la mayoría de los SSD de terceros, y está deshabilitado de forma predeterminada.
- Mover la caché a un RAM disk: esta memoria caché que se almacena en una zona de la unidad SSD hace que se esté escribiendo constantemente, lo que hace que la vida de la unidad no sea tan prolongada. Por eso, puedes pensar en configurar en tu sistema operativo el uso de un RAM disk para que se almacene allí. Esto no solo mejorará el rendimiento en algunas aplicaciones, también evitará estas escrituras innecesarias.
- No llenar hasta el límite de la capacidad: un SSD pueden experimentar problemas de rendimiento, especialmente en velocidad de escritura, cuando la unidad alcanza su capacidad máxima. Es más fácil para la unidad escribir en una celda vacía cuando hay más espacio libre disponible. Cuando la unidad está llena, el SSD necesita determinar qué bloques están parcialmente llenos, mover esa información a una caché y luego escribirla de vuelta en la unidad. Es mejor reservar entre un 10 y un 15% de tu unidad como espacio libre para mantener un buen equilibrio entre rendimiento y utilización de espacio.
- No desfragmentar: en un proceso de desfragmentación se producen muchas lecturas y escrituras para reasignar las partes de los archivos en la unidad. Esto produce un desgaste considerable de la unidad SSD. Por otro lado, los problemas de fragmentación en un SSD es prácticamente irrelevante frente a un HDD, por este motivo, puedes ahorrarte esta actividad que puede resultar más dañina que beneficiosa.
- Evita archivos muy grandes: lo ideal son archivos de un tamaño pequeño-mediano que pueden accederse de manera rápida. Sin embargo, esto no siempre es posible, en ocasiones almacenamos imágenes ISO bastante grandes, o archivos multimedia pesados, bases de datos muy grandes, etc. Sin embargo, si los tienes, deberías pensar en mover estos archivos a una unidad HDD secundaria o externa, evitando una mayor exigencia y actividad a las unidades SSD. Además, existen también sistemas de archivos (FS) que son mejores para archivos de gran tamaño, por lo que si irremediablemente tienes que tener estos archivos grandes, piensa en usar estos FS que te comento.
- Desactivar la hibernación: cuando activas la Hibernación en Windows u otro sistema operativo, guarda tu estado actual y se apaga. Para volver a encenderlo, simplemente presionas el botón de encendido y ¡listo! Esto puede parecer muy beneficioso, pero no siempre es así, especialmente cuando se trata de mimar tu hardware de almacenamiento. El problema es que tener la hibernación habilitada en un SSD puede acortar sustancialmente su vida útil. En primer lugar, la hibernación consume más energía que simplemente apagar el ordenador cuando no lo vas a usar en un tiempo prolongado. Y cuando se inicia, debe cargar todo desde el SSD. Generalmente esto no es un problema si se hace de forma eventual, pero si se hace constantemente, durante meses, podría llevar a una pérdida gradual de la vida útil del SSD.
Mantenimiento de unidades HDD y SSHD
En caso de que tu unidad de almacenamiento sea un disco duro tipo HDD, entonces puedes aplicar lo siguiente:
- Evita golpes y vibraciones: esto puede dañar los discos duros HDD, causando sectores defectuosos o daños en los cabezales de lectura/escritura. Manipula tu HDD con cuidado y evita movimientos bruscos, caídas, golpes, vibraciones durante el uso o el transporte. Por ejemplo, podrías usar soportes con goma para que amortigüen las vibraciones, proteger el equipo adecuadamente con acolchado para transportes, etc. En caso de ser un portátil o equipo susceptible de caídas, piensa que si está encendido es mucho más vulnerable que si está apagado.
- Desfragmenta el disco duro: en un disco duro HDD, la desfragmentación puede ayudar a mejorar el rendimiento al reorganizar los datos en el disco. Sin embargo, en sistemas operativos modernos (p.e.: Linux actuales, macOS con HFS+, Windows 10 u 11), con sistemas de archivos con sistemas para paliar la fragmentación, la desfragmentación se realiza automáticamente de manera programada o no tiene un impacto importante, por lo que generalmente no es necesario hacerlo manualmente (o al menos no hacerlo tan frecuentemente).
- No sobrecargues el disco duro: evita llenar el disco duro hasta su capacidad máxima. Deja un espacio libre para que el sistema opere de manera eficiente y para evitar la fragmentación excesiva.
- Escanea en busca de sectores defectuosos: utiliza las herramientas de diagnóstico de tu sistema operativo (CHKDSK, FSCK) o de terceros para escanear en busca de sectores defectuosos en el disco duro. Si se encuentran sectores defectuosos, es importante reemplazar el disco duro. En Linux, incluso tienes la posibilidad de crear una lista negra con los sectores dañados y hacer que el sistema operativo los evite, para poder seguir aprovechando la unidad defectuosa con menos posibilidades de tener un problema.
Consideraciones específicas para discos duros externos
Para finalizar, las unidades SSD o HDD que se usan como almacenamiento externo, también necesitan un mantenimiento o cuidados exclusivos, como:
- Cuida los cables: tienes que tener mucho cuidado con los cables de alimentación (si los tiene) y con los de datos. Ten en cuenta que estas unidades externas se conectan usando estos cableados y no enrollarlos de forma inapropiada, pegar tirones al desenchufar, etc., puede hacer que tanto el cable como el puerto se mantengan en buen estado durante más tiempo.
- Trátalo con cuidado: es muy habitual que muchos usuarios tiren el disco duro sobre la mensa a una cierta distancia, o que lo usen con brusquedad. Puede que esto no sea algo que genere un problema temprano, pero esos malos hábitos de forma prolongada podrían terminar con averías.
- Transporte seguro: cuando vayas a transportar la unidad externa de un lugar a otro, procura siempre usar un estuche o protector externo apropiado, con acolchado que pueda absorber los posibles impactos o caídas. De lo contrario, en caso de accidente, será muy probable que la unidad haya sido dañada, especialmente si se trata de un HDD, más aún si es un 3.5″ en vez de un 2.5″, por tener mayor masa. Existen muchas fundas especiales para discos duros externos de todo tipo, son baratas, y te pueden ahorrar mucho dinero y disgustos…
- Almacenamiento seguro: cuando vayas a almacenar la unidad de disco duro externo también es importante hacerlo de forma correcta. Usa algún protector o funda para evitar suciedad. Evita que esté en un lugar con temperaturas demasiado extremas, y fuera de la incidencia de la luz directa. También debe estar lejos de otros equipos que puedan producir campos electromagnéticos fuertes, EDS, etc.
- Sustitución de la carcasa: en caso de que la unidad deje de funcionar, si no es el cable, es muy probable que sea el controlador o PCB que incluyen las carcasas de estas unidades externas. No tires la unidad con tus datos dentro, en muchos casos, simplemente comprando una carcasa para el tipo de disco duro que tienes y sacando la unidad de la antigua carcasa para alojarla en la nueva, solucionará el problema y seguirá funcionando.
Conclusión
La pérdida o corrupción de datos puede ser una experiencia muy costosa para algunas empresas o entidades, pero también puede ser un drama para usuarios particulares, perdiendo multitud de archivos que necesitaban o que querían conservar y no tienen en ningún otro lugar. Todo lo dicho anteriormente sirve para mimar tu disco duro, pero eso no evita que pueda fallar en algún momento. Por eso, también es necesario que tomes otras medidas adicionales para evitar estas pérdidas o, al menos, minimizar su impacto.
Por ejemplo, te recomendamos que hagas siempre copias de seguridad (backups). Hacer esto de forma periódica puede ayudar a salvar multitud de información. Pero no es el único método, también es posible que uses un sistema de almacenamiento redundante (RAID) para hacer que si una unidad de almacenamiento falla, se puedan recuperar los datos copiados en otra unidad (mirroring) o mediante partes distribuidas por otras unidades a través de las cuales se puede recuperar.
Y, especialmente si tienes una gran organización o empresa que hace uso de archivos importantes, disponer también de un plan de recuperación ante desastres, ya sean producidos por malware, fallos de hardware, accidentes, etc. De esta manera tendrás una ruta de pasos a seguir en estos casos…
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